"Me oprimía lo flúido,
la limpidez maciza,
el vacío escarchado,
la inaudible distancia,
la oquedad insonora,
el reposo asfixiante;
pero seguía volando,
desesperadamente.
Ya no existía nada,
la nada estaba ausente;
ni oscuridad,
ni lumbre,
-ni unas manos celestes-
ni vida,
ni destino,
ni misterio,
ni muerte;
pero seguía volando,
desesperadamente."
Oliverio Girondo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario